lunes, 4 de diciembre de 2006

BOCA PIERDE Y PELIGRA SU TRICAMPEONATO

Boca Juniors cayó en Belgrano de Córdoba y pone en peligro su tercer campeonato consecutivo. Estudiantes llegó a ir ganando a Argentinos Juniors, pero se dejó empatar a última hora. Ambos equipos se jugarán el título en la última fecha.
Bocampeón, bocampeón", cantaba ya La Doce, la más brava de todas las barras argentinas, allá por el cuarto de hora de la segunda parte. Entonces, Peppino, un defensor de nombre sospechoso, cortó sus gargantas por segundos con un cabezazo para el 1-0 de Belgrano, y Pavone, en Buenos Aires, las acababa de callar con el empate de Estudiantes a Argentinos Juniors. Luego llegaría algo aún peor para los boquenses: el 1-2 de Estudiantes, marcó la Brujita Verón a tres del final, pero aún quedaba más tarde de transistores: dos minutos después, Choy González empataba para Argentinos sobre la hora. Boca tiene tres puntos de ventaja y se lo jugará el próximo domingo 10 de diciembre a una sola carta, le vale el empate: recibe a Lanús en La Bombonera y Estudiantes hará de local contra Arsenal.

Boca le pone suspense a su título y a La Volpe le preparan los cuchillos. Aún discutido, el Bigotón (así le desafió su homólogo en el eterno rival River, Daniel Passarella) Ricardo no supo o no pudo insuflarle a sus hombres ayer el carácter competitivo necesario para no sentirse campeones de antemano. Boca, además, perdió el interés del todo cuando conoció que Estudiantes sucumbía ante Argentinos, pues le valía cualquier resultado idéntico al del equipo de Diego Pablo Simeone.

En realidad, no puso empeño desde el principio, ante un Belgrano sin calidad ni uñas. No pareció el local muy dispuesto a aguarles la fiesta a los boquenses. Gigli asustó a Bobadilla en un mano a mano, pero luego desapareció mientras Boca se dedicaba a sobarla al mando ¿quién si no? del elegantísimo Gago. Ramón Calderón y Mauricio Macri tienen la respuesta, sí: ¿Fue el de ayer el penúltimo partido de Fernando como boquense?

Gago largó la única aproximación torera que alumbró a Boca en la primera parte, un trallazo que lamió el poste para cambiar (no demasiado, como siempre) el gesto alicaído del veteranísimo Mono Montoya. Y asistió a Silvestre en un balón al palo que preludió la tragedia. Llegó el inesperado tanto de Peppino en Córdoba, los goles de Verón y Pavone en Buenos Aires y el respiro (un poco, al menos) que concedió Choy González. Pero aún queda Apertura para rato.

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